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3 Generaciones, una empresa: La trayectoria de FOHAMA

Esta historia la narran tres generaciones. Los fundadores Fontán, Hartmann y Manfredi, sus hijos y nietos. Corría el año 1970 cuando los socios fundadores deciden trasladar todo el conocimiento adquirido en más de 30 años de desempeño en la actividad, a una empresa propia. Julio Manfredi se encargó de la producción. Enrique Hartmann, de los asuntos técnicos y comerciales. Alfredo Fontán, de la parte administrativa y las relaciones laborales. Los más antiguos de la empresa aún los recuerdan recorriendo la fábrica. Hartmann pendiente de cada detalle, Fontán hablando con cada trabajador y organizando la administración y a Manfredi con el overol puesto y enseñándole a un nuevo operario el cuidado y la destreza que requiere el proceso de bobinado. A fines de los ochenta, se incorporaría como socia Renata Marcchiori, la Gerenta Administrativa que los había acompañado desde sus inicios.

FOHAMA se creó como una empresa familiar y si bien desde 1970 cuadriplicó su capacidad instalada y su planta de trabajadores, creando nuevas áreas administrativas y gerenciales, las decisiones siguen estando en las manos de quienes hicieron posible que una Industria de Bienes de Capital siga operativa en la Argentina, sorteando períodos de baja competitividad y apertura indiscriminada, hiperinflación y demás vaivenes. “Seguimos y nos expandimos gracias a la confianza de nuestros clientes. Ellos saben que FOHAMA es garantía de cumplimiento. Y lo podemos lograr desde su fundación. FOHAMA invierte en FOHAMA. En maquinarias de punta, en capacitación para nuestros operarios, y siempre dentro de lo que es la fabricación de transformadores eléctricos. Supimos acompañar la innovación tecnológica internacional y el desarrollo del entramado productivo nacional” reflexionan desde la dirección de FOHAMA.

FOHAMA comenzó fabricando los transformadores que requería la electrificación rural, permitiendo la instalación de la marca en todo el territorio nacional. Años más tarde comenzaron a producir transformadores para la industria petrolera, la gran Industria, la minería y actualmente fabrican transformadores para la energía eólica y solar.

Las tres generaciones representan también distintas temporalidades históricas de la Argentina, que no se suceden las unas a las otras de manera lineal y “superadora”, sino más bien se combinan y conviven de manera armónica.

Una primera generación de hijos de inmigrantes trabajadores, que aprendieron del rubro ejerciendo el oficio y decidieron jugársela y montar su propia fábrica. Formados durante el período de la Industrialización por Sustitución de Importaciones, confiaron en las potencialidades de la actividad y lograron que sus transformadores eléctricos lleguen a todas las provincias argentinas.

Una segunda generación formada en la educación pública y que aprendió a querer a la industria nacional y abogar por su desarrollo en gran escala, que supo sortear las diferentes crisis, diversificando su producción, pero conservando su especificidad: la fabricación de transformadores eléctricos.

Y una tercera generación que mira de hoy a 20 años y apuesta a la generación de energías renovables, porque entiende que la sustentabilidad de la industria energética en particular, como de la producción de bienes y servicios desde una perspectiva más general, requiere un uso responsable de los recursos y la asunción de una política social empresaria de largo alcance.

Estas tres visiones, experiencias y destrezas le dan a FOHAMA su propia identidad: ser una gran industria argentina de transformadores eléctricos que llega a cada rincón del país, América Latina, Asia y el Norte de África, con transformadores de excelencia, ideados y fabricados por argentinos.

 

 

 

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